El número de practicantes de esquí de montaña en el Pirineo no para de crecer. Y Andorra es, posiblemente, uno de los máximos exponentes del fenómeno. Según datos de la Agencia de Notícies d’Andorra el último accidente mortal causado por un alud en Andorra tuvo lugar en 2013. Desde entonces no ha habido ninguno más, sin embargo, se ha incrementado el «factor de riesgo» a causa del crecimiento de practicantes de esquí de travesía (Skimo), pero también de raquetas de nieve.
Con la finalidad de reducirlo «al mínimo», y también para fomentar, siempre de manera segura, esos deportes, el Gobierno de Andorra decidió poner en marcha al principio de la legislatura -junto con el CENMA (Centre d’Estudis de la neu i la muntanya d’Andorra)- un proyecto para clasificar el territorio andorrano en función del peligro de aludes. Con un presupuesto de 116.000 euros aproximadamente, financiado también en parte por los comuns -ayuntamientos-, el proyecto ya empieza a ver la luz, con la instalación de paneles informativos y la puesta en funcionamiento de una web (www.allaus.ad) con toda la información sobre itinerarios de esquí de montaña que se pueden hacer en el país.
Fuente:
Ivan Sanz
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